jueves, 27 de octubre de 2011

Otro de los cuentos ganadores del Concurso: "Día del Libro"

Cuando mis abuelos eran chicos jugaban a…

Miro por la ventana, el día estaba frío y húmedo, una tormenta se acercaba, lo percibía por aquellas nubes grises que venían por el este. Me dirijo a la casa de mi abuelo. El vive en el campo, su casa se encuentra a unos 10 kilómetros de la ciudad donde vivimos mi madre, mi padre, mi hermanita y yo.

El auto estacionó, me despedí de mi mamá que fue la que me trajo hasta aquí. Me bajo, abro el portón de madera; el camino de pedregullo me dirigía hacia la pequeña casita donde vive el abuelo.

Saludé a mi abuelo y me senté en el sofá, aburridísima viendo el informativo con el abuelo que estaba sentado en su mecedora al frente de la estufa a leña .Con su pipa, el miraba el fuego. Yo suspiro .De pronto, él se da vuelta y me mira.

-Estás aburrida ¿no?- me dijo

-Un poco-respondo

-Si quieres puedes mirar un rato la televisión .Los niños de ahora en día se entretienen con la tele. En mi época la televisión no existía.

-¿No?-me asombré

-Sí. No habían ni computadoras, ni televisiones, ni maquinitas.

-¿Y como se divertían?

-Puf, jugábamos a muchas cosas divertidas: a las bolitas, al trompo…

¿Trompo? ¿y cómo se juega?

-Cada uno hacía girar su trompo, el que paraba perdía. Recuerdo que jugábamos todos los recreos, era divertido.

También el juego que nos encantaba era la payana.

-¿Qué es eso?-pregunté curiosa

-Tomabas cinco piedras pequeñas, te las colocabas en la palma de la mano y las lanzabas al aire, mientras girabas la mano; tenías que tratar de que las piedras cayeran de nuevo en tu mano. Pasábamos toda la mañana con mis vecinos jugando a eso .La quemadita también era uno de los tantos juegos que jugábamos, se usaba una caja de fósforos, de donde recortábamos unas figuritas que usábamos para el juego.

-¿Y las niñas jugaban a eso ?pregunté por curiosidad.

-Ellas jugaban a la rayuela, a la cuerda de saltar, y al elástico, además de jugar a las muñecas.

-Me estoy dando cuenta que hay muchos otros juegos más divertidos que jugar a la computadora o mirar tele .Además es mejor jugar al aire libre.

-Antes se practicaba mucho más deporte, pero ahora con la tecnología muy pocos niños van a la plaza o al parque a jugar-agregó el abuelo.

-¡Que linda historia, abuelo!

Ya se veía el auto rojo de mamá que me venía a buscar, a pesar del ruido de la lluvia se sentía la bocina que sonaba una y otra vez .Me despedí del abuelo, sabiendo que otra vez que venga a visitarlo, me divertiría con otra de sus historias de cuando era niño.

Manuela Muñiz

6° año B

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